La evaluación es
uno de los aspectos que me parece más delicado dentro de nuestras funciones y
de las tareas que tenemos que realizar como docentes. La selección de
estrategias e instrumentos de evaluación y la aplicación de las mismas me
preocupa de cara a producir una reflexión sobre los logros y las dificultades,
a reorientar, en caso necesario, el proceso en búsqueda de un mayor éxito y para
generar capacidades y experiencias satisfactorias.
En el ABP, una
vez determinado la situación problema o la meta a la que se quiere llegar, es
necesario definir el punto de partida mediante el reconocimiento de las ideas previas (evaluación inicial) y
la puesta en común de las mismas.
Una vez puestos manos a la obra,
utilizamos un diario en el
que se recogen brevemente las actuaciones llevadas a cabo, las decisiones y acuerdos adoptadas, el grado de implicación
de los participantes, … que nos servirá como testigo de la ruta que se está
siguiendo y como recordatorio de los argumentos que posteriormente utilizarán
en su propia autoevaluación individual y colectiva y coevaluación entre los
miembros de un mismo grupo.
Durante el desarrollo del proyecto, se determina además un momento previo a la presentación del producto final en la que los grupos exponen los
logros alcanzados y reciben apreciaciones y valoraciones de agentes externos al
equipo con el fin de obtener propuestas de mejora y poner en práctica la
capacidad comunicativa a la hora de mostrar sus ideas (evaluación formativa/preventiva). De esta manera, participan
otros grupos de alumnos con los que
comparten e intercambian las experiencias (coevaluación),
profesores que orientan y dinamizan e, incluso, otros agentes (padres,
voluntarios, …) que generalmente dinamizan y animan (heteroevalaución). Los instrumentos más habituales son hojas de registro (listas de control o
escalas de estimación) en la que los items observables, hasta ahora, se definían teniendo en cuenta
la cohesión e implicación del grupo, el dominio del tema, la originalidad, la
capacidad comunicativa y los recursos de apoyo visual, … Y que
en la actualidad deberán corresponderse con los indicadores y/o estándares de
evaluación (Legislación andaluza).
Tras ese
paréntesis previo para replantear el trabajo, continuaríamos con el registro en el diario
de grupo hasta llegar al momento de la rendición de cuentas final. Así, tras la
presentación del producto logrado, se establecen momentos de evaluación diversos
(evaluación reflexiva final)
en los que, mientras que el grupo que ha expuesto se autoevalúa y coevalúa (considerando
su diario y la consecución de los ítems observables establecidos tras su
actuación), el resto de grupos acuerda que argumentos sustentarán sus
valoraciones y, por otro lado, el profesor también prepara los suyos para, a
continuación, exponerlos en una puesta en común. Todo ello conlleva una mejora en la capacidad de actitud crítica
y la aceptación de valoraciones externas con fines constructivos. Los
instrumentos son los mismos que en la evaluación preventiva, aunque en este
caso la finalidad en su utilización se centra el producto final y la evolución
que ha supuesto con respecto a las apreciaciones anteriores y lo que se había pretendido alcanzar.
Otra actuación relevante de cara a la evaluación es la publicación de evidencias tanto de
manera física, en los tablones del centro, como digital, en el blog del alumno
(kidblog) o en el de clase. Esta rendición pública de cuentas genera mayor
exigencia a la hora de cumplir con la tarea y
hacerlo de la mejor manera; además, las publicaciones más precoces sirven de modelo a aquellos que muestren más dificultades.
Por otro lado, tengo que destacar el portfolio como una práctica evaluadora, a mi parecer, de máxima
eficacia. En nuestro caso, los alumnos recogen junto al producto final una
serie de anotaciones que marcan el proceso de siguieron hasta llegar al mismo.
Asimismo, valoran de forma sencilla las ventajas e inconvenientes que han
encontrado y las posibles mejoras. A final de curso, se realiza una defensa del
portfolio en su conjunto, lo que hace consciente al alumno de su evolución y
aporta información muy valiosa del proceso global en su conjunto. Algunos
ejemplos de portfolios y su defensa se pueden encontrar en los siguientes
enlaces:
Curso 2014-15 (6º de Primaria):
Curso 2013-14 (5º de Primaria):
Otra
práctica evaluadora se centra en el docente, de manera que los alumnos me evalúan destacando, tras una reflexión
conjunta, que fortalezas y que debilidades encuentran en mi labor,
incluso que me recomienda descartar y que me aconsejan poner en práctica. Esto,
unido a un reflexión personal como la que estoy realizando en este momento y a
una formación dialógica con otros compañeros, pienso que es altamente
enriquecedora y necesaria.
Creo que un instrumento facilitador sería
la rúbrica, el cual no he puesto en práctica hasta el momento y con el que
espero poder adquirir cierta destreza durante esta unidad del Mooc. Por otro
lado, tengo que señalar que he conocido en otra actividad formativa la
experiencia de Alfredo Hoyuelos basada en la documentación audiovisual de los procesos y que me parece fundamental para establecer
reflexiones finales sobre logros, dificultades y como referente para la búsqueda
de nuevas estrategias para afrontar situaciones futuras similares. Esto último
se evidenciaría junto con el producto final puesto que según palabras de Loris Malaguzzi “Lo que no se ve: no existe”.
Hasta ahora, me he centrado únicamente en la evaluación
de mi experiencia en ABP. No obstante, no todo es así, también desarrollo otras metodologías en la que evaluación toma
formatos distintos. Así pues, utilizamos desde pruebas escritas a
registros de diversa índole para recoger las observaciones y datos más
relevantes. En cuanto a las pruebas
escritas, que tanta polémica suscitan, se intentan plantear con un carácter
motivante y atractivo, dejando participar a los alumnos en su diseño, ya que establecen preguntas tipo y afrontan la prueba a modo de concurso, por equipos
heterogéneos que intentan sumar los mejores resultados de cara a obtener
privilegios como premio. Los miembros de un mismo equipo se ayudan y animan
entre ellos.
Son numerosas las dudas que me genera la evaluación: ¿dedicaré excesivo tiempo y descuido otras tareas importantes?, ¿me quedo corto?, ¿lo estaré haciendo bien o lo podría mejorar?, ... todas dirigidas a la búsqueda de una práctica más eficaz.
En cuanto al plano general no tengo datos reales, únicamente podría plantear apreciaciones. Es un centro de Infantil y Primaria de 3 líneas, con lo que contamos con 27 unidades, más el aula específica. Eso conlleva un elevado número de profesores que manifiestan planteamientos distintos, desde el más tradicional en el que únicamente evalúa el maestro/a, a los más innovadores que hacen participes a su alumnado. Hoy día es más habitual la intervención de agentes externos mediante la aplicación de pruebas externas o a través de la supervisión de la Inspección Educativa, como nos ha sucedido recientemente. El informe generado tras dicha intervención ha destacado numerosas buenas prácticas y, a la vez, algunas propuesta de mejora, una de ellas centrada en la evaluación, concretamente en la búsqueda de consenso en este ámbito a nivel de centro, con lo que coincido enérgicamente.
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